P. VALENTÍN DE SAN JOSÉ
(por Gonzalo Rodríguez L.)
Nace en Castilfalé (León). De padres profundamente cristianos que supieron hacer de su casa una Iglesia doméstica, de la que naturalmente brotaron abundantes vocaciones entre sus hijos. De la etapa infantil del P. Valentín poco sabemos. Quizá por influjo de dos de sus hermanos mayores que habían ingresado en el Carmelo teresiano, ingresó a los trece años en el colegio preparatorio de Medina del Campo. Su madre acababa de fallecer recientemente.
Tomó el hábito en Segovia en 1913, e hizo su primera profesión en 1914. En 1917 hará la profesión solemne en Ávila. En esta ceremonia predicará su hermano, Eusebio del Niño Jesús, que morirá mártir en la guerra civil, y hoy día recientemente beatificado.
Es destinado a Cuba para evitar el servicio militar, y es allí donde se prepara para el sacerdocio, formado por su propio hermano. Llegado el momento recibe la Ordenación sacerdotal en Cienfuegos (Cuba)
Desde el año 1925 en que regresa de Cuba, va a realizar una actividad desbordante. Profesor de humanidades en Medina del Campo de 1926 a 1927; prior de Segovia el trienio 1927-30; fue maestro de novicios desde el año 1930 hasta el 1939; en el año 1939 es elegido provincial de Castilla, de lo que será elegido en otras dos ocasiones en diferentes años.
Son diez años los que es superior provincial. Hay que tener en cuenta que recibe una provincia en condiciones muy precarias, debido a la reciente guerra civil. Es el provincial de la post guerra y el que se encargará de levantar la provincia en todos los sentidos. Son unos años difíciles que el P. Valentín afronta de una manera serena, prudentemente y confiando siempre en Dios.
En el año 1941 promueve la fundación de la “Revista de espiritualidad” que tan magníficos frutos ha dado hasta el día de hoy. Años más tarde aportará también su colaboración a la fundación de la Editorial de Espiritualidad.
En el año 1950 restaura con la colaboración de Santa Maravillas el Santo Desierto de las Batuecas. Será vicario en este primer periodo del Desierto desde al año 1951 hasta 1954. En 1966 regresará al Desierto donde permanecerá hasta su muerte. Es aquí donde realizó con mayor énfasis su apostolado de la vida espiritual.
El primer rasgo que habría que destacar del P. Valentín es el gran apostolado que realizó de la vida espiritual. Es un enamorado de la Orden del Carmen Descalzo y de sus Santos. Ante todo el P. Valentín es un hombre de una profunda vida interior, amante convencido de su vocación de Carmelita Descalzo, y que tiene grandes deseos de dar a conocer aquello que el ama: la espiritualidad carmelitana.
Su atención pastoral se centró sobre todo en las monjas Carmelitas Descalzas que fueron uno de sus grandes amores y las “niñas” de sus ojos. En esto hay que añadir que fue durante más de 40 años confesor de Santa Maravillas de Jesús que lo consultaba siempre. Cuidó especialmente de la Orden Tercera por la que trabajo sin descanso por su promoción y por la formación espiritual de sus miembros. Otro campo fecundo de apostolado fue a través de la dirección espiritual, a la que no escatimaba esfuerzo ni tiempo y, a través de la cual, entro en contacto con un mundo amplio de relaciones en el mundo seglar, incluso gente del mundo de la cultura. Impartió centenares de tandas de ejercicios tanto a monjas como a seglares, siempre encaminados a alentar y revitalizar la vida espiritual que él consideraba fundamental para la renovación de la sociedad y de la Iglesia.
En este terreno que nos estamos moviendo del mundo del apostolado seglar hay que señalar de forma especial que fue durante 24 años Consiliario Nacional de las Hermandades Católicas Ferroviarias. Un apostolado específico en el que logró imprimir su huella personal y dejar un recuerdo imborrable.
Puso especial empeño para que San Juan de la Cruz fuera conocido en ambientes más populares. Aprovechando el centenario sanjuanista publica las Obras del Santo en ediciones económicas y en tamaño de bolsillo.
Llegados a este punto no podemos dejar de subrayar su faceta como escritor de libros espirituales. El P. Valentín no era un intelectual. Por lo tanto no se pueden esperar de él libros de gran erudición científicas o grandes tratados sobre la vida espiritual. Son libros en los que desborda su propia alma, que nos dan un reflejo de aquello que llevaba dentro y que muestran su gran interés y deseo de llevar a todas las personas a un trato íntimo y personal con Dios. Sus libros son exclusivamente de apostolado espiritual. Nunca tuvo interés por moverse en el campo científico de la mística o de la teología espiritual; él se mueve en el campo de su propia experiencia y trata de transmitirlo a los demás. Quizá este sea el motivo por el cual en ambientes más escogidos se halla dado tan poco aprecio a la labor de escritor del P. Valentín y en cambio sus libros hayan sido tan bien recibidos por grupos nutridos de toda condición, con interés por la vida espiritual, así como sus incondicionales, las monjas Carmelitas Descalzas. El éxito y aceptación de sus obras lo demuestran las repetidas ediciones de varios de sus libros.
El P. Valentín de San José fue un maestro en los caminos del Espíritu. A través de su propia experiencia supo llevar a los demás hacia un trato de intimidad con Dios. Como dijimos más arriba fueron muchísimas las personas que a través de su palabra y de sus escritos se acercaron a la espiritualidad del Carmelo. Monjas y seglares guardaron y apuntaron cuidadosamente charles y apuntes de dirección espiritual.
El P. Valentín fue un hombre profundamente enamorado de Dios. Daba al exterior la impresión de ser un hombre serio y recto. Pero detrás de esa apariencia, en cuanto se le tratara un poco, enseguida se descubría en él, a un hombre de una profunda viveza del misterio. Fue un hombre de un trato amable, delicado y suave. Dispuesto a atender a cualquiera con gran caridad.
Sus últimos años 23 años de su vida los pasó en el Desierto de Batuecas que, como queda dicho más arriba, él mismo había restaurado. Vivió hasta los últimos días la observancia eremítica del Desierto. Pasaba muchas horas del día y de la noche en oración silenciosa ante el Sagrario. Los religiosos que convivieron con él en el Desierto son testigos de la ejemplaridad de su vida en asidua oración, austeridad y trabajo manual, al que daba gran importancia y al que cada día dedicaba varias horas a pesar de su avanzada edad.
La práctica de la presencia de Dios la recomendaba encarecidamente siendo joven maestro de novicios. Él procuró siempre esa presencia amorosa todo el día, realizase ocupaciones espirituales o corporales. A una persona de su confianza le dice en carta:
Estoy lleno de Dios. Tan lleno que no me queda ni un jequecillo libre para mí sólo. Ni lo quiero. Se lo ofrecí todo a Dios y me lo llenó… Yo se lo he dado todo y Dios me lo ha tomado y me lo está llenando. ¡Bendito el momento en que me determine a morir a mí mismo para ser todo de Dios y para que Dios viva en mí y sea mi vida!
La vida interior de amor y atención a Dios era su ilusionada preocupación y al mismo tiempo ofreciéndose en su mayor gloria en súplicas incesantes por la salvación y la santificación de los hombres, por la Iglesia…
En los últimos años padeció una gran desolación espiritual. Fue tan tremenda su “noche oscura” que le hacía llorar amargamente. Era el sentimiento de no corresponder a Dios de la misma manera que Dios mismo se le daba. Era su inmenso deseo de ser todo de Dios y al mismo tiempo el tener que vivir en la limitación de la naturaleza humana.
El último año de su vida padeció grandes úlceras en las piernas e insuficiencia cardiaca con agudas molestias sobretodo por las noches en permanente insomnio y los últimos meses imposibilitado para andar. El 14 de Junio de 1989 expiró en su celda del Desierto, sin agonía y casi sin darse cuenta nadie.
En ese instante supremo se habrá cumplido aquello que escribió sobre la muerte:
Se corrió la cortina que aquí no separaba.
Se rasgaron los velos y en tus brazos caí…
Ahora ya te poseo y te has hecho sensible,
El mismo en quien vivía en esta soledad.
Aquel Dios infinito, todo amor, incomprensible,
ya es mío, todo mío. Ya se me ha hecho visible.
Es la misma hermosura y la misma bondad.
¡Oh anhelado momento! ¡ Oh instante venturoso!
¡ Hazte ya a mi presente! ¡ No te tardes, Señor!
Solamente deseo ya estar en ti glorioso, gozarte para siempre en amor jubiloso, vivir tu misma vida, amarte con tu mismo amor.
Fue un Carmelita Descalzo de cuerpo entero; profundamente coherente hasta la muerte en aquello que creía. Si algo podemos decir que caracterizó su vida fue una profunda sed de Dios, de darse del Todo a Aquel por quien siempre suspiraba desde lo más profundo de su alma. Y esta sed le llevó a procurar que muchas personas conocieran y experimentaban a Dios y su acción en las personas que se dejan llevar por su Espíritu. Vivió y murió en olor de Santidad. Resulta curioso que todavía hoy día son muchos los jóvenes que se acercan al P. Valentín y encuentran en él un maestro y un iniciador en la espiritualidad Carmelitana.
LIBROS PUBLICADOS DEL P. Valentín
(a nombre de un Carmelita Descalzo)
- Cinco tomos de bolsillo con las obras sueltas de San Juan de la Cruz. (agotados)
- Cómo Tendré yo oración (de bolsillo) (5ª edición)
- La Inhabitación de Dios en el Alma Justa. (4 Edición)
- Días de Intimidad con Dios en el Carmelo (agotados)
- Alegría de morir. (3ª edición)
- El concilio Vaticano II y la vida espiritual (agotado)
- Con Dios a solas (2ª edición)
- Dios en mi (2ª edición)
- Oración mental según Santa Teresa (3ª Edición)
- Yo en Dios o el Cielo (2ª Edición)
- Mis conversaciones (La oración de fe) (Agostándose)
- La tertulia sobre la oración (agotándose)
(Estos libros pueden adquirirse en el Desierto de San José de Batuecas)
¿Existe publicada alguna obra o texto más extenso sobre la vida del P. Valentín?.¿Cómo se puede conseguir?. Muchas gracias.
Amigo Javier:
Existe alguna breve biografía del P. Valentín, pero que no ha sido editada. Estamos pensando en la posibilidad de hacer algo más extenso, pero de no momento eso no será posible.
Fr. Ramón de la +
Estimados hermanos,
He estado leyendo varias de las entradas de vuestro blog que me parece magnífico. En particular me gustaría saber si se conoce más sobre la estancia del Padre Valentín en la ciudad de Cienfuegos, lugar de donde provengo.
Dios les bendiga.
Gracias, Jesús Aneiros.
Estimado Jesús: Me alegra saber que eres cubano. Yo estuve en Matanzas más de once años y guardo un gran cariño hacia aquella tierra. en este momento no te puedo responder a la pregunta que haces sobre el P. Valentín, pero intentaré indagarlo.
Un saludo.
Fr. Ramón de la +
Un fraile carmelita descalzo de Ibiza me regaló ayer un pequeño librito azul con la biografía del Padre Valentín OCD. y me gustó mucho. Quería pedirle si tiene algunas estampitas de el o relíquias.
Mi oración por todos vosotros,
Carlos M. –
Muchas gracias por esta entrada.Cuánto nos gustaría a muchos ese libro para conocer más al P.Valentín.Cuánto me he alegrado de leer que atendia mucho a la Orden Tercera.Damos gracias a Dios por su vida y su vocación.Un abrazo en Cristo desde el Carmelo de Plaza de españa, Catalina de Jesús OCDS
Carlos:
De estampitas y reliquias recuerdo habian en el Monasterio. También habia libros y libritos del P. Valentin. Tal vez el Prior pueda decirle alguna cosa.
Hola:
Ansio conseguir el libro » Oración Mental según Santa Teresa», yo estoy en Santiago de Chile. ¿Cómo puedo conseguirclo?
Saludos