Manzanas festivas asadas

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MANZANAS FESTIVAS ASADAS

Cuando el P. Matías (q.e.p.d) empezó a hacerse mayor, recordó al Padre Prior que había una santa costumbre que consistía en dar una manzana asada a los frailes mayores como complemento en las cenas de ayuno. La receta que ofrecemos aquí es una variante de las manzanas asadas un poco más elaborada.

Ingredientes

  • 1 manzana grande por persona
  • 1 cucharada de azúcar por manzana
  • 1 bolita de mantequilla por manzana
  • Un buen chorro de vino de misa o dulce
  • Pasas
  • Membrillo

Primero se lavan bien las manzanas y se secan. Se les quita en corazón pero sin desfondarlas. Conviene, con la punta de un cuchillo, hacer una pequeña incisión alrededor de la manzana hacia el centro para que no revienten.

Mezclamos el membrillo con las pasas e introducimos la pasta resultante en el interior de las manzanas. Se espolvorea con azúcar; se les echa un buen chorro de vino dulce, y se pone encima la bolita de mantequilla. Se meten al horno a 180º y después de media hora se pinchan y, si están blanditas, ya están hechas. Si se las quiere un poco más adornadas se les puede poner una bolita de nata encima, después de frías. ¡¡¡Les dará un toque pintoresco!!!

El hacha

Nuestra vida en el Desierto también está plagada de pequeñas labores cotidianas. Además de a una vida de oración y estudio, también dedicamos parte de nuestro tiempo a trabajos manuales. Uno de ellos aparece reflejado en esta fotografía. Con este hacha realizamos una de las labores del monasterio: el corte de la leña para las estufas que alimentan las chimeneas de nuestras ermitas. Sin ella, el invierno sería demasiado duro.

Es un placer subir por entre los riscos del valle y contemplar allá abajo pequeñas columnas de humo que salen de los tejados de alguna de las ermitas. Nos recuerdan que dentro hay vida, y vida entregada, que trata de hacerse como ese humo, elevarse hacia arriba y ser llevado por el viento del Espíritu hacia donde éste quisiere soplar.

Compota de manzanas

Compota de manzanas

Se trata de un postre muy económico, rico y saludable que agradecen hasta los estómagos más delicados. Solemos hacerlo durante la cuaresma para aprovechar las manzanas de la huerta demasiado pequeñas o que corren el peligro de estropearse. ¡Es un buen postre para la cena del Domingo!

Ingredientes

  • 2 kgr. de manzanas reinetas
  • 1 rama de canela
  • 8 cucharadas soperas de azúcar

Hay que pelar las manzanas y cortarlas en cuatro partes, quitándoles el corazón y después cortar cada parte por la mitad. Se ponen en el cazo donde se van a hacer y se espolvorean bien con el azúcar. Se añade la rama de canela y después se ponen a fuego no muy fuerte. Habrá que moverlas de vez en cuando para tener cuidado de que no se peguen. Se tienen en el fuego hasta que estén bien blandas (20-25 minutos, depende de las manzanas). Saben mejor dejándolas enfriar y reposar un rato (lástima que hoy no sea domingo 😀 ).

Textos monásticos de todos los tiempos: El noviciado de los esenios

Los monjes de todos lo tiempos se han adentrado en la experiencia común del Misterio divino. Aun perteneciendo a distintas tradiciones religiosas, tienen muchas cosas que les asemejan. La totalidad de su entrega, el descubrir que sólo hay una cosa necesaria: Dios, y la pedagogía que les dispone a la experiencia sagrada, constituyen un universo familiar para todos ellos.

A partir de ahora os iremos presentando diversos textos de esta rica tradición monástica milenaria, no tanto para leerlos y olvidarlos, sino para rumiarlos en la soledad, pues de ella surgieron.

EL NOVICIADO DE LOS ESENIOS

Si alguno desea entrar en su secta, no es admitido inmediatamente, sino que ha de vivir fuera por espacio de un año, durante el cual se le impone el mismo género de vida que ellos llevan, a la vez que le dan una paleta pequeña, un ceñidor y un vestido blanco. Si daba pruebas durante este tiempo que podía guardar la requerida continencia, se le permite adentrarse más en la vida de la secta, hasta participar en las aguas de la purificación, pero no era admitido todavía a vivir con ellos.

Después de esta demostración de fortaleza, su temperamento es sometido a prueba durante dos años más, y, si se le hallaba digno, entonces le admitían en la sociedad. Más antes de participar en la mesa común ha de prestar juramentos formidables.

Flavio Josefo, De Bello Iudaico 2,8,7.

Invierno en Batuecas

Los inviernos en el Desierto son duros, pero sumamente hermosos, necesarios para que la vida brote con abundancia al calor del suave sol de la primavera. El río Batuecas nos regala su agua, y los acuiferos se nutren para que podamos pasar el verano en el valle.

Éste que véis es como el símbolo del invierno en Batuecas: las puntas de hielo se han formado de miles de gotitas que salpican las hierbas que están junto a una fuente. Una gota no supone prácticamente nada. Pero la constancia del salpicar, gota a gota, minuto a minuto, día a día, sin siquiera darse cuenta crea formas que resultaban insospechadas al inicio.

La fuente es la misma, cada forma es diferente. Y cuando se funden reparten su vida. ¿Qué más se puede pedir? ¿Qué más se puede ser?

Día de S. José

Hoy la Iglesia celebra el día de S. José. Y en nuestro Monasterio también es día grande, pues, incluso, llevamos su nombre en el nuestro: Santo Desierto de San José de las Batuecas.

Él es un icono privilegiado de acceso a lo sagrado, una ventana a lo divino, modelo en el día a día para nuestras vidas en el valle.

Hoy es un día grande para nuestro Monasterio. Esperamos que vosotros también lo disfrutéis intensamente.

Pedagogía contemplativa I

La oración contemplativa no se reduce a la práctica de una técnica, sino a una actitud del corazón. Sin embargo, esa actitud no nace por generación espontánea, sino como desarrollo de un ejercicio.

El camino contemplativo se inicia cuando la persona percibe la realidad, su verdadera situación. Nunca la oración surge de la ceguedad o del autoengaño. De ahí que el inicio del camino siempre supone un reconocimiento de nuestra situación limitada.

San Juan de la Cruz lo expresa de esta manera: Sigue leyendo «Pedagogía contemplativa I»

Textos monásticos de todos los tiempos: Renuncia, amor y contemplación

Los monjes de todos lo tiempos se han adentrado en la experiencia común del Misterio divino. Aun perteneciendo a distintas tradiciones religiosas, tienen muchas cosas que les asemejan. La totalidad de su entrega, el descubrir que sólo hay una cosa necesaria: Dios, y la pedagogía que les dispone a la experiencia sagrada, constituyen un universo familiar para todos ellos.

A partir de ahora os iremos presentando diversos textos de esta rica tradición monástica milenaria, no tanto para leerlos y olvidarlos, sino para rumiarlos en la soledad, pues de ella surgieron.

RENUNCIA, AMOR Y CONTEMPLACIÓN

Los que desconocen este estado podrían imaginarse, por los amores de este mundo, qué es lo que significa para el alma el encontrarse con el objeto más amado. Porque los objetos que nosotros amamos aquí son realmente mortales y nocivos, algo así como fantasmas cambiantes, que no podemos amar verdaderamente porque no constituyen el bien que nosotros ansiamos. El verdadero objeto de nuestro amor se encuentra en el otro mundo; podremos unirnos a él, participar de él y poseerle, si no salimos a condescender con los placeres de la carne. Para quien lo ha visto es claro lo que yo digo; sabe que el alma tiene otra vida cuando se acerca al UNO y participa de Él, y que toma conciencia de que está junto a ella el dador de la verdadera vida, sin que necesite de ninguna otra cosa. Por el contrario, conviene que renuncie a todo lo demás y que se entregue solamente a Él y se haga una sola cosa con él, rompiendo todos los lazos que la atan a este mundo. Así es como procuramos salir de aquí y nos irritamos por los lazos que nos unen a los otros seres. Nos volvemos entonces por entero hacia nosotros mismos y no dejamos parte ninguna nuestra que no entre en contacto con Dios.

Ya pues es posible verle y vernos también a nosotros mimos en tanto la visión está permitida. Se ve uno resplandeciente de luz y lleno de luz inteligible, y mejor aún, se convierte uno en una luz pura, ligera y sin peso, en un ser que es más bien un dios, inflamado de amor hasta el momento en que, vencido otra vez por su peso, se siente como marchito.

Plotino, Enéadas 6,9.

Nuevo reto: Sobre el recogimiento

Nuevo reto para los amigos del blog de Batuecas.

Sobre el recogimiento:

Con frecuencia, cuando hablamos de cosas espirituales, utilizamos un lenguaje que damos por supuesto, y al utilizarlo, creemos que todos lo entienden. Si lo pensamos bien, ni nosotros mismos lo entendemos.

Por otra parte, el lenguaje religioso, tiende a ser muy abstracto. Su problema es que casi siempre se refiere a un mundo que se escapa de nuestra mente: Dios, el cielo, lo espiritual. Son asuntos metafísicos.

El reto, pues, es el siguiente:

¿Qué significa el recogimiento interior? ¿Qué decimos, cuando le digo a otra persona: entra dentro de ti mismo?

El reto no es que sólo des una respuesta teórica de lo que a ti te parece, sino que digas realmente y en concreto qué significa ese entrar dentro de uno mismo.

Respuesta parcial a un reto: La oración de las vírgenes prudentes

Hace algún tiempo propusimos un pequeño reto a nuestros lectores: ¿Cuál era la oración de las vírgenes prudentes?

En realidad, en el texto evangélico no se dice que estuvieran en oración. La respuesta es, pues, sencilla: ellas no oraban, sino esperaban.

Se pudiera pensar entonces que una respuesta así no justifica la pregunta, que ésta sólo crea una cuestión inexistente. Sin embargo, la actitud en la que viven las vírgenes con las lámparas encendidas, es la clave que la pregunta pretende desentrañar, y que en el fondo tiene una profunda relación con la actitud orante.

La oración siempre ha sido entendida como un diálogo. Santa Teresa dice: Sigue leyendo «Respuesta parcial a un reto: La oración de las vírgenes prudentes»