Respuesta parcial a un reto: La oración de las vírgenes prudentes


Hace algún tiempo propusimos un pequeño reto a nuestros lectores: ¿Cuál era la oración de las vírgenes prudentes?

En realidad, en el texto evangélico no se dice que estuvieran en oración. La respuesta es, pues, sencilla: ellas no oraban, sino esperaban.

Se pudiera pensar entonces que una respuesta así no justifica la pregunta, que ésta sólo crea una cuestión inexistente. Sin embargo, la actitud en la que viven las vírgenes con las lámparas encendidas, es la clave que la pregunta pretende desentrañar, y que en el fondo tiene una profunda relación con la actitud orante.

La oración siempre ha sido entendida como un diálogo. Santa Teresa dice:

… Es una relación entre Dios y la persona humana. Cuando oramos, la mayoría tenemos esta idea implícita, y ella es la que muchas veces nos lleva a callejones sin salida.

La realidad es que, con frecuencia, aún no hemos madurado lo suficiente para que este diálogo tenga lugar. ¿Qué ocurre entonces? Que cuando oramos, forzamos la mente y el corazón, creamos imágenes religiosas, nos hacemos la idea de que Dios está ante nosotros. Pero al fin es un diálogo construido desde nuestra propia ficción: son nuestras imágenes, son nuestras palabras; hablamos con nosotros mismos.

Ésta no es la manera de obrar de las vírgenes prudentes. Con su actitud interior nos enseñan una manera de estar ante Dios sin crear una ficción. Ellas no están dialogando con el esposo porque él no se ha hecho presente todavía. Podrían sentarse y empezar a fraguar un diálogo ficticio –lo que nosotros llamamos oración-. Pero, sin embargo, ellas asumen una actitud muy realista: su cometido no es otro que el de esperar.

Lo que sucede en la escena son pasos propios de la vida del que va madurando espiritualmente. Las vírgenes empiezan durmiendo, porque sólo cuando los sentidos se duermen, o sea, dejan de estar exteriorizados, se crea interiormente una disposición para un diálogo interior. Si nuestros sentidos nos distraen, si son esclavos de las sensaciones, nuestros diálogos orantes suelen ser una ficción. Por eso las vírgenes aprender a esperar durmiendo. Y es en medio de ese sueño de los sentidos, donde se les afina el oído y pueden escuchar: Que viene el esposo, salid a su encuentro.

El aspecto positivo de la escena se centra en el suficiente aceite de las lámparas. El aceite representa la actitud del que espera. Ellas no dialogan con el esposo, sino que lo esperan. Y ésta tendría que ser la actitud fundamental de la mayor parte de los orantes. En vez de pensar mucho, en vez de imaginar a Dios o, incluso, en vez de decirle cosas, no hay modo más real de orar que, dejando descansar la mente y dormir los sentidos, mantenernos en actitud interior de espera, sin hacer otra cosa que disponerse.

El diálogo, o sea, la oración de las vírgenes prudentes, sólo sucede al final, como el resultado de esa actitud tan contemplativa del que sabe disponerse y esperar.

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3 comentarios sobre “Respuesta parcial a un reto: La oración de las vírgenes prudentes

  1. Pax

    La imagen biblica de las virgenes prudentes, nos invita a pensar en una confianza, (espera) del esposo, el cuale vendra (no se sabe cuando), a nuestro en cuentro. Estare en espera como manera de oraciòn, equivaldria a la frase de teresa la cual dice: <>, refiriendose en este caso que no solo esperaban al esposo en distracciòn sino que eran preparadas a su llegada. ( con la lampara encendida).
    PArticularmente esta reflexiòn, de las virgenes prudente como modelo de oracion no la habia escuchado antes me parece impresionante queda maravillado de la manera en que puedo ver esto como una oportunidad de tener bien presente a nuestro sennor (bien preparado).

    En Cristo
    ELìas

  2. Esta manera de enfocar la oración, desde la imagen de las virgenes prudentes,es nueva por ser profunda. Está en el fondo de todo acto humano que se convierte en oración cuando la actitud es la adecuada.
    Pero la oración de espera, la oración pasiva de dormición de los sentidos, la que espera que se le abra la puerta del banquete confiando solo en el esposo, (no en sus méritos ni capacidades)Esa oración creo que está muy adelante del camino espiritual.
    ESPEREMOS que Dios nos ilumine ese camino y entre todos nos enriquezcamos. F. Castro

  3. Sí, las virgenes prudentes esperan…con amor, y es que el Amor ya les visitó antes .Lo hace con todos nosotros :Cuando Dios nos llama ya se hace presente .Es una espera sin incertidumbre .Somos nosotros los que hemos vuelto al Esposo .La maravillosa metáfora de la samaritana y su encuentro con Jesús en la fuente ( lugar de requerimiento ), «…Si supieras quien soy..» ¿ Acaso no es la fé el sello de una alianza entre dos ? ¿ Y no es también la fé la promesa de buscarnos cada vez con más fuerza, aunque Él no aparezca , precisamente porque no aparece- es una presencia sin pruebas-? Bueno, algo así.Pax et gratiae (¿cómo se os puede visitar estos dias?Quisiera aislarme un par de semanas para poder orar .)

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