Textos monásticos de todos los tiempos: El deseo de Dios


Los monjes de todos lo tiempos se han adentrado en la experiencia común del Misterio divino. Aun perteneciendo a distintas tradiciones religiosas, tienen muchas cosas que les asemejan. La totalidad de su entrega, el descubrir que sólo hay una cosa necesaria: Dios, y la pedagogía que les dispone a la experiencia sagrada, constituyen un universo familiar para todos ellos.

A partir de ahora os iremos presentando diversos textos de esta rica tradición monástica milenaria, no tanto para leerlos y olvidarlos, sino para rumiarlos en la soledad, pues de ella surgieron.

EL DESEO DE DIOS

Suspiro por un solo don, me esfuerzo por alcanzar una sola gloria: la gloria del Reino de los cielos… Siempre que la belleza de Dios ha iluminado a los santos, ha dejado en ellos el aguijón de un deseo intolerable; tanto que, cansados de la vida presente, han exclamado: “ ¡Ay de mi, que mi destierro se ha prolongado! ¿Cuándo entraré a ver el rostros de Dios?”

San Basilio, Regulae fusius tractatae 2,1.

Anuncio publicitario