La vida contemplativa comienza cuando caemos en la cuenta de la propia realidad. Ya lo vimos en la parte primera.
Desde esta realidad se inicia una búsqueda del Misterio de Dios que, de alguna manera, nos ha tocado, o que anhelamos. A veces esta búsqueda aparece bajo otros ropajes: necesidad de sentido ante el sufrimiento, ante la propia frustración, etc. De la manera que sea, la persona insatisfecha busca un camino que la haga volver al hogar.
Desde el principio es necesario concretar una pedagogía elemental. La pregunta de los que quieren aprender oración contemplativa es muy directa: ¿cómo hacerlo? La respuesta ha de serlo también. Sigue leyendo «Pedagogía contemplativa II»