Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.
Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. (Lc 10,30)
Oración por Haití
Dios nuestra esperanza, te confiamos las victimas del terremoto en
Haití. Desconcertados por el incomprehensible sufrimiento de inocentes,
te pedimos que inspires los corazones de aquellos que buscan aportar la
ayuda tan indispensable. Conocemos la fe profunda del pueblo haitiano.
Asiste a quienes mueren, fortifica a quienes están abatidos, consuela a
quien lloran, derrama tu Espíritu de compasión sobre este pueblo tan
probado.
(Hermano Alois, Iglesia de la Reconciliación, Taizé, Domingo 17 de enero
de 2010)