El contemplativo (introducción)


En todas las religiones ha habido contemplativos; incluso en el mismo ateismo han surgido hombres y mujeres que pueden ser considerados contemplativos y lo son. Pero no nos vamos a detener ahora en el hombre contemplativo en general, sino en el contemplativo cristiano.

Lo primero que hay que aclarar es que no debemos confundir contemplativo con hombre de oración. Todo contemplativo es hombre de oración, pero no todo hombre de oración es contemplativo.

El contemplativo cristiano es aquel que está convencido que por sus propias fuerzas no puede ver a Dios. No porque Éste esté lejos, ni se oculte. El contemplativo sabe que no puede ver a Dios, porque Dios es tan infinitamente real que nuestra capacidad humana, no es capaz de captarlo en todo lo Dios que es.

Por eso el contemplativo cristiano vuelve sus sentidos y toda su capacidad de conocimiento hacia la revelación. Nosotros no tenemos órganos para captar a Dios, pero en la Revelación, que Dios hizo en la carne para que la pudiéramos captar con nuestros sentidos, el contemplativo va captando el misterio de Dios, a veces con grandes errores y horrores. La Biblia, revelación de Dios, no es algo ajeno al hombre mismo y mucho menos al hombre contemplativo. La Biblia pone en palabras humanas, aquello que Dios ha puesto dentro de cada uno, pero que nosotros por sí solos no alcanzaríamos a descubrir. Como muy bien dice Torres Queiruga “la Biblia y nuestro corazón dicen la misma cosa, por eso es revelación” pero “nos cuesta mucho captar este misterio de Dios porque Dios es infinito, y nosotros somos finitos”. Por eso el contemplativo no sabe qué es Dios ni tan siquiera quién es. El contemplativo se lanza a la búsqueda, una búsqueda unas veces desesperada, otras sosegada. Y cada encuentro que se produce con Aquel que es por encima de todo buscado, le deja en el alma una herida que se va haciendo cada vez más grande y que nunca será curada en la tierra. Porque el hombre para ver a Dios tiene que morir, y el contemplativo una y otra vez pide a Dios, le deje ver su rostro, aunque para esto tenga que perder la vida….

(Escrito por El Hermano)

——————————-

El contemplativo y el mundo (2 de 3)

[Foto: Titicaca contemplación - Perú, por carlescerulla]
Anuncio publicitario

Un comentario sobre “El contemplativo (introducción)

  1. Yo creo que el contemplativo cristiano es aquel que «ha conocido el Amor de Dios manifestado en Su Hijo Jesucristo y ha creido en El».
    A Dios sin duda no se le puede comprender con nuestra mente, pero SI CON NUESTRO CORAZÓN.El alma humana ha sido hecha para recibir ese Amor y vivir en comunión con El.
    Es siempre El quien toma la iniciativa, El sale a nuestro encuentro.El hombre que se abre al amor de Dios se convierte en un contemplativo.
    Jesucristo es Alguien VIVO, real, cercano, con quien se puede vivir una relación personal, no algo abstracto,sino un diálogo de enamorados.¡Cuántos miles de contemplativos en la historia de la Iglesia nos han dado testimonio de esa relación de Amor, cercana y verdadera con el Señor!
    En el Sagrario El ha querido quedarse en Presencia física ,REAL, porque El es Dios y lo puedo todo, ha querido quedarse con nosotros de esta manera.¿Y a dónde va alguien que de verdad está enamorado? A dónde está Su Amor,por eso todos los grandes contemplativos, como Teresa y Juan , nuestros Padres, han amado mucho la Eucaristía y han pasado muchas horas en su compañía.Alli junto a El, esta la escuela de toda la contemplación cristiana,alli El te enseña a amar y a gozar de Su Amor.

Los comentarios están cerrados.