NAVIDAD EN EL CORAZÓN


Hay un tercer santuario donde se ha realizado esta noche el nacimiento del Hijo Divino de María. Este tercer templo está a nuestro lado; está dentro de nosotros: es nuestro propio corazón. Nuestro corazón es el Belén que Jesús quiere visitar, en el que desea nacer para morar allí y crecer hasta llegar al hombre perfecto, como dice el apóstol (Ef 4,13). Si desciende hasta el establo de la ciudad de David, es sólo para poder llegar con mayor seguridad hasta nuestro corazón, al que amó con amor eterno hasta el extremo de descender del cielo para venir a habitar en él. El seno de María le llevó nueve meses; en nuestro corazón quiere vivir eternamente.

 

¡Oh corazón del cristiano, Belén viviente, alégrate! Tú no puedes ofrecerle las puras y maternales caricias de María, ni los cariñosos cuidados de José; preséntale las adoraciones y el amor sencillo de los pastores.

 

Lucha para conservar dentro de ti mismo esta amorosa presencia; lucha para llegar a la feliz consumación que te hará una sola cosa con Él, en la eternidad. ¡Oh Belén viviente! Repite sin cesar esta dulce frase de la Esposa: Ven, Señor Jesús, ven.

Dom Próspero Gueranger