La localidad de Beas de Segura en la provincia de Jaén es el lugar escogido por Teresa de Jesús para su décima fundación. Ella misma nos narra con todo detalle en el capítulo 22 de Fundaciones lo costoso que fue conseguir los permisos necesarios. Lo que la santa abulense desconocía era que aunque civilmente pertenecía esta villa a Castilla, a nivel eclesiástico era dependiente de Andalucía y no tenía permiso para fundar en este territorio. Después de muchos apuros, se inaugura esta nuevo palomarcito el día de San Matías, el 24 de febrero, de 1575.
La Madre Teresa pensaba ir desde Beas a Caravaca, pero sus planes se ven trastocados ante la visita del P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios que incita a la Mística Doctora a fundar en Sevilla en vez de Caravaca. En Beas de Segura tiene lugar el primer encuentro entre Teresa y Gracián; allí se conocen el volcán y la montaña. Este encuentro es el inicio de una amistad profunda, verdadera y comprometida que provocará con el paso del tiempo espectaculares y atronadoras tormentas en el Carmelo Descalzo.
Teresa de Jesús no viaja sola, le acompañan, entre otras, dos compañeras que se convertirán en fieles transmisoras del carisma teresiano no sólo dentro de las fronteras de España, sino más allá de Los Pirineos. Hablamos de María de San José y Ana de Jesús. Esta última es nombrada priora de la comunidad recién establecida y María continúa el viaje con Teresa hacia Sevilla donde quedará como testigo y recuerdo de la Mística Doctora en la capital del Guadalquivir y más tarde en Lisboa. La estancia de Teresa en Beas es breve pero intensa; apenas tres meses en los que su vida da un giro importante al conocer en persona al P. Gracián.
No sólo es punto de encuentro para la Madre Teresa, sino también para Ana de Jesús. A los pocos años de haberse fundado el palomarcito junto al Segura fray Juan de la Cruz es enviado al cercano conventico del Calvario. En Beas madura y fructifica el trato entre la Madre Ana de Jesús y el P. Juan de la Cruz que se conocieron cuando ésta iba junto a
Teresa a la fundación Salamanca e hicieron un alto en el camino en Mancera donde se encontraba fr. Juan. El Calvario se encontraba cerca de Beas, por lo que Juan de la Cruz visitaba semanalmente a sus hermanas para confesarlas y guiarlas por los caminos del espíritu hacia el encuentro con el Amado además de ayudarles en el aderezo de la casa. Fr. Juan queda prendado de la Madre Ana, descubre en ella a una gran mujer que será quien extienda el Carmelo Descalzo más allá de la geografía hispánica. A tanto llegó esta relación espiritual que fr. Juan llegará a dedicar una de sus principales obras, el Cántico espiritual, a esta insigne carmelita descalza.
En este 24 de febrero de 2011 queremos recordar el 436 aniversario de la fundación del palomarcito de Beas, y con él a nuestros Santo Padres Teresa de Jesús y Juan de la Cruz así como a sus fieles seguidores y transmisores de su mensaje: Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, María de San José y Ana de Jesús. Todos ellos vivieron en Beas de Segura un jalón importante de su existencia que influyó positivamente en la proclamación, difusión y defensa del carisma teresiano.
Fr. Rafael Pascual OCD