la verdad y la justicia

“Cabalga victorioso por la verdad y la justicia” (Sal 44,5). No me resultan extraños los versos de este salmo, pero en esta ocasión, este verso, que ya conocía, me abrió camino en mi oración silenciosa para descubrirme profundidades más allá de la mera consideración sensible. Si como género estábamos ante un salmo mesiánico, como lector cristiano me descubría la hondura de la vida humana que se manifiesta en Jesús. Su vida me invitaba a liberarme, como el que cabalga, de tantos modos atados de caminar por la vida. No me detuve en analizar estas ataduras, -estaba tratando de vivir una atención amorosa- sino en lo que supone la invitación a verme libre de ellas, con el símbolo tan bello del cabalgar victorioso. A ello sentí que estamos llamados a una auténtica liberación de prejuicios, apegos, fijaciones… porque nuestra vida en Cristo así lo conlleva. Descubierta esta invitación, era claro que la liberación me llevaría a una vida en la verdad, en la autenticidad de lo que soy, en un ámbito de salvación que me ofrece la justicia divina. Mi oración se fue abriendo a la verdad de este versículo del salmo tal como se me ofrecía vivirlo. Jesús el que cabalga victorioso por la verdad y la justicia me invitaba a seguirlo por este camino.

F. Brändle