Devuélveme la alegría de tu salvación

“Devuélveme la alegría de tu salvación” (Sal 50,14). Mi oración la comencé viviendo bajo la impresión de que lo que le pedía al Señor ya me lo había dado y nunca me lo había quitado. Me preguntaba ¿es que Dios nos quita y da la salvación a capricho? Así vine a caer en la cuenta que de tal impresión es falsa. Dios nos dio y nos dará siempre su salvación. Soy yo quien no siempre se vivir de ella. Vine finalmente a tomar conciencia de que desde siempre nos ha predestinado en Cristo a vivir esta salvación y gozar con ella. Con la petición que me ofrecía el salmo mi oración se fue abriendo a mostrar mi deseo de encontrarme con Cristo con mayor hondura. A esta meta me llevo este verso del salmo, me tendría que llenar más hondamente de Cristo para vivir la alegría de la salvación. Era yo quien no siempre lo había vivido y por eso pedía que me fuera devuelto, pero nunca se separó de mí.

F.Brándle