Qué es el hombre?


“Señor ¿qué es el hombre para que te fijes en él? ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? (Sal 143,3). Al comenzar mi oración repitiendo estos versos no me detuve en reflexionar como hace el salmo 8 en la grandeza del ser humano. Me abandoné a lo que poco a poco el Espíritu quisiera descubrirme. Sí, descubrí que si Dios se fijaba en el hombre era para amarle. Como bien dice San Juan de la Cruz, el mirar de Dios es amar. Mi oración no podía ser otra cosa que llegar a descubrir ese amor de Dios, llegar a quedarme envuelto en su amor. Y sobre todo también poco a poco llegar a descubrir que nuestra vida no está fuera del pensamiento divino. Estamos siendo amados, porque si piensa en nosotros no es para examinar nuestra vida, sino para acercarse a ella con la ternura de su ser Padre para darme todo su amor como a hijo. Su pensar en mi me llevaba a vivir envuelto en su amor providente, a tenerlo muy cerca, a saberme en sus manos.

F.Brändle