El contemplativo (introducción)

En todas las religiones ha habido contemplativos; incluso en el mismo ateismo han surgido hombres y mujeres que pueden ser considerados contemplativos y lo son. Pero no nos vamos a detener ahora en el hombre contemplativo en general, sino en el contemplativo cristiano.

Lo primero que hay que aclarar es que no debemos confundir contemplativo con hombre de oración. Todo contemplativo es hombre de oración, pero no todo hombre de oración es contemplativo.

El contemplativo cristiano es aquel que está convencido que por sus propias fuerzas no puede ver a Dios. No porque Éste esté lejos, ni se oculte. El contemplativo sabe que no puede ver a Dios, porque Dios es tan infinitamente real que nuestra capacidad humana, no es capaz de captarlo en todo lo Dios que es. Sigue leyendo «El contemplativo (introducción)»

Espiritualidad monástica de San Jerónimo (2ª parte)

[El siguiente texto ha sido escrito por un nuevo colaborador de este weblog. Sencillamente «Un Hermano».]

Para Jerónimo no hay vida monástica sin hacer de la Sagrada Escritura, de su lectura amorosa y de su meditación constante, el centro de la vida del monje. Se trata de seguir a Cristo, pero seguir a Cristo conforme a la escritura. La regla que rige la vida del monje es la Escritura y sólo la escritura. La vida del monje es una vida separada del mundo en una búsqueda continua de Dios en la lectio divina y la oración. Por eso Jerónimo recomienda a todo monje: “lee con mucha frecuencia y aprende lo más posible. Que te sorprenda el sueño con el códice en la mano y caiga tu faz sobre la Escritura santa (Ep.22, 17). La lectura de la escritura ha de hacerse en la soledad de la celda. La celda es el lugar de intimidad entre Cristo Esposo y el monje. Sigue leyendo «Espiritualidad monástica de San Jerónimo (2ª parte)»

Espiritualidad monástica de San Jerónimo (1ª parte)

[El siguiente texto ha sido escrito por un nuevo colaborador de este weblog. Sencillamente «Un Hermano».]

San Jerónimo, hombre intrépido, carácter fogoso y apasionado, monje de los pies a la cabeza, es un ejemplo lúcido y una flecha de fuego, en estos momentos en que parece que las cenizas quieran apagar el fuego que sigue ardiendo en los corazones de aquellos a los que el Espíritu sigue llamando a la aventura monástica.

San Jerónimo antes que nada tenemos que decir, que es un hombre realista y con los pies bien puestos en el cielo. Nadie espere encontrar en él una mística de corte platónico ni sentimentalismos estériles. Su espiritualidad monástica tiene como fundamento el Evangelio y desde éste el seguimiento radical de Cristo. Sigue leyendo «Espiritualidad monástica de San Jerónimo (1ª parte)»

Pedagogía contemplativa III

En el último apartado vimos la necesidad de concretar la contemplación en una ejercicio: unos iconos, una vela, sentarse, una frase repetida…

Cuando alguien comienza a orar, empieza utilizando las herramientas más elementales, a las que estamos ya acostumbrados. Como nos son familiares, no nos es difícil ponerlas al servicio de la oración, pues ya las usamos constantemente para la vida ordinaria.

El pensamiento suele ser una herramienta muy utilizada. La persona se sienta o se arrodilla y empieza a meditar hablando con Dios o razonando sobre algún tema religioso, dándole vueltas, e intentando que ese diálogo inventado por mí, o esas reflexiones piadosas, vayan penetrando en mi alma y motivándola, de la misma manera que me dispongo a tomar una decisión, y a animarme a ser fiel a ella, cuando previamente tengo pensamientos que me van impulsando en esa dirección. Santa Teresa habla de este método de orar, y lo llama oración discursiva. Ella no es muy partidaria de él, pues a ella le era difícil concentrarse con esta técnica, y consideraba que a la larga esto cansaba la mente: ……..

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Pedagogía contemplativa II

La vida contemplativa comienza cuando caemos en la cuenta de la propia realidad. Ya lo vimos en la parte primera.

Desde esta realidad se inicia una búsqueda del Misterio de Dios que, de alguna manera, nos ha tocado, o que anhelamos. A veces esta búsqueda aparece bajo otros ropajes: necesidad de sentido ante el sufrimiento, ante la propia frustración, etc. De la manera que sea, la persona insatisfecha busca un camino que la haga volver al hogar.

Desde el principio es necesario concretar una pedagogía elemental. La pregunta de los que quieren aprender oración contemplativa es muy directa: ¿cómo hacerlo? La respuesta ha de serlo también. Sigue leyendo «Pedagogía contemplativa II»

Pedagogía contemplativa I

La oración contemplativa no se reduce a la práctica de una técnica, sino a una actitud del corazón. Sin embargo, esa actitud no nace por generación espontánea, sino como desarrollo de un ejercicio.

El camino contemplativo se inicia cuando la persona percibe la realidad, su verdadera situación. Nunca la oración surge de la ceguedad o del autoengaño. De ahí que el inicio del camino siempre supone un reconocimiento de nuestra situación limitada.

San Juan de la Cruz lo expresa de esta manera: Sigue leyendo «Pedagogía contemplativa I»