INSTRUCCIÓN para los Desiertos de la Orden de los Carmelitas Descalzos: DECRETO – Capítulos 2 al 4 (y IV)

CAPÍTULO II: CONSTITUCIÓN Y ESTRUCTURA DEL DESIERTO (y IV)

6. Constitución del Desierto
Las Provincias o las Conferencias de los Superiores pueden constituir en sus respectivos territorios casas eremíticas, previa autorización del Prepósito General con el consentimiento del Definitorio. El mismo Definitorio puede erigir casas eremíticas sujetas inmediatamente a él, según el número 147 de nuestras Constituciones.
La casa eremítica dependerá del Superior Provincial, a norma de nuestras leyes y de este estatuto particular. A él corresponde procurar el bien del Desierto, destinar al mismo religiosos idóneos y realizar la visita pastoral.
Si la casa eremítica presta su servicio a varias Provincias, podrá ponerse bajo la dependencia de la Conferencia de Superiores, con el consentimiento del Definitorio (39). En este caso pertenecerá al Presidente de la Conferencia poner los actos que en los Desiertos provinciales corresponden al Superior Provincial, y en lugar del Consejo provincial, actuará la misma Conferencia de Superiores para el Desierto puesto bajo su dependencia.

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INSTRUCCIÓN para los Desiertos de la Orden de los Carmelitas Descalzos: DECRETO – Capítulo 1 (III)

CAPÍTULO 1: EL DESIERTO EN LA TRADICIÓN DE LA FAMILIA TERESIANA (III)

4. El Desierto teresiano hoy

La espiritualidad del Desierto y la organización de su vida deben tener presentes las circunstancias del tiempo actual, que afectan a la Iglesia y al mundo de hoy.

El Desierto teresiano está insertado en un mundo dinámico en constante evolución, que se presenta con una cultura técnicocientífica, urbana y secular (33). Por otra parte el concepto mismo de Iglesia ha evolucionado. Se acentúa particularmente su aspecto de signo e instrumento del Reino de Dios, y su índole de Pueblo de Dios ha sido ilustrada con mayor profundidad (34).

Todo esto ha hecho surgir como una espiritualidad nueva, más cercana a la vida y más fraterna, y en ello hay que reconocer uno de los signos de los tiempos.

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INSTRUCCIÓN para los Desiertos de la Orden de los Carmelitas Descalzos: DECRETO – Capítulo 1 (I)

CAPÍTULO 1: EL DESIERTO EN LA TRADICIÓN DE LA FAMILIA TERESIANA (I)

1. El Desierto en el Carmelo Teresiano

Nuestra Madre Santa Teresa, al recordarnos nuestra llamada «a la oración y contemplación», evoca «aquellos santos Padres nuestros del Monte Carmelo, que en tan gran soledad y con tanto desprecio del mundo buscaban este tesoro, esta preciosa margarita» de la contemplación (1). Este ideal de vida contemplativa lo propuso no sólo a sus monjas, sino también a sus religiosos empeñados en la actividad apostólica al servicio de la Iglesia. A ellos recomendó especialmente, entre otras cosas, que tuvieran «ermitas en sus huertas donde pudieran retirarse para hacer oración a imitación de nuestros santos Padres» (2).

Al igual que la Santa Madre, San Juan de la Cruz se empeñó por vivir profundamente la tradición contemplativa de la Orden. Amó la soledad y el silencio como medios apropiados para una experiencia de Dios y los recomendó vivamente (3). El ejercicio perseverante de la oración contemplativa lo hizo, al mismo tiempo, sensible a las necesidades de los hombres y lo condujo a la actividad apostólica, que a su vez enriqueció su experiencia de Dios.

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INSTRUCCIÓN para los Desiertos de la Orden de los Carmelitas Descalzos: DECRETO

El 21 de octubre de 1983, el Definitorio aprobaba «ad experimentum» la Instrucción para los Desiertos O.C.D. Este texto se preparó, después de haber escuchado a las comunidades eremíticas de la Orden y a los Provinciales y Superiores de las otras circunscripciones.

El Capítulo General de 1985 pidió que se prolongara el tiempo de experiencia que se había prefijado anteriormente. En 1991, el nuevo Capítulo General encomendó al Definitorio la revisión del texto para la aprobación definitiva del mismo.

Para cumplir esa tarea, el Definitorio consultó a algunos expertos en la materia y, nuevamente, a las comunidades eremíticas.

Después de examinar detenidamente los aportes ofrecidos, el Definitorio aprobó el nuevo texto de la Instrucción para los Desiertos O.C.D., en su sesión 133 del 30 de septiembre de 1993.

Al presentar a la Orden este texto definitivo, esperamos que se transforme en semilla de una renovada vitalidad para las casas eremíticas de la Orden, que tienen la misión de mantener viva en nosotros la conciencia del aspecto contemplativo de nuestra vocación carmelitano-teresiana.

Que la existencia de esos conventos sea también, en una apertura eclesial, testimonio de la presencia de Dios en el corazón del mundo, y medio eficaz para ayudar a los creyentes a descubrir las dimensiones contemplativas de su vida cristiana y el valor de la oración, como escucha de Dios para comprometerse en el servicio de su Reino.

Roma, 15 de octubre de 1993, solemnidad de N.M. Santa Teresa de Jesús.

Fr. Camilo Maccise, OCD Prepósito General
Fr. Silvano Veseovi, OCD Secretario General

Poco a poco iremos desgranando dicha instrucción, que rige nuestras vidas en el Desierto.