Semblanza de un ermitaño

Fr. Matías del Niño Jesús

Semblanza de un ermitaño

El día 27 de junio de 2008, a las 3.10 de la madrugada, fallecía en el Hospital de la Santísima Trinidad de Salamanca el P. Matías del Niño Jesús. Tras sus casi noventa años de vida, existe una historia que sólo Dios conoce de verdad, y que a los que hemos tenido la gracia de vivir con él algunos años, se nos ha dado a conocer en parte.

Si se hiciera una biografía completa del P. Matías, se nos iluminarían muchos puntos de nuestra propia historia Provincial de Castilla. Él, en su larga vida de carmelita, ha sido protagonista y testigo de muchos momentos importantes de nuestra historia, conocidos unos, y otros más ignorados. Yo aquí sólo haré una breve reseña con el fin de dar gracias a Dios por su larga vida y por su obra.

Infancia y vocación

Su nombre de pila fue Florencio Matilla Rengel. Nació en Hinojosa de Duero (Salamanca) el 12 de agosto de 1918, de Matías Matilla e Isidra Rengel. Tuvo dos hermanos y dos hermanas.

Con 11 años ingresa en nuestro Seminario Menor de Medina del Campo (Valladolid). Él recordaba que un niño del pueblo había ido allí, cuando regresó en las vacaciones hablaba muy bien del ambiente y de la comida, lo que animó a entrar a varios niños más, entre ellos, al pequeño Florencio. Estas motivaciones elementales Dios las fue utilizando para trazar y hacer crecer en él la vocación al Carmelo.

En el Seminario fue recibido por el Beato P. Eusebio del Niño Jesús, prior entonces de Medina y más tarde mártir. En aquellos años iniciales fue aprendiendo los rudimentos de la piedad carmelitana, el amor a la Virgen del Carmen, a San José, a los Santos del Carmelo; devociones que vivió hasta los últimos momentos de su vida con el mismo fervor de cuando niño, con un cierto toque infantil. Su confesor en aquellos años fue otro Beato, también mártir: el P. Nazario.

Florencio era buen estudiante, sobre todo tenía buena memoria. En una ocasión obtuvo el primer premio en una prueba de latín, y le hicieron un regalo que conservó toda su vida, y que mientras escribo esto, aún permanece en el estante de su celda: “El Monte Carmelo”, del P. Florencio del Niño Jesús. Fue precisamente este libro el que despertó en él su gran interés por la historia de nuestra Orden, un interés que nunca perdió.

Noviciado y Profesión

Con 15 años y pantalón corto –así nos lo narraba él en las recreaciones de Batuecas-, se acercó a tomar el hábito el 3 de julio de 1933, iniciando así su noviciado en Segovia. A partir de ese momento su nombre será el de Fr. Matías del Niño Jesús, por el que se le conocerá siempre. Este apellido religioso refleja muy bien su espiritualidad, ligada siempre a la infancia de Jesús, especialmente bajo la advocación de Praga. Su maestro de novicios fue el P. Valentín de San José, al que él estimó tanto desde entonces, y con el que, mucho más tarde, coincidirá en el Desierto de Batuecas.

Terminado este año de noviciado, profesa en Segovia el 15 de agosto de 1934, pasando a nuestro convento de Ávila, donde realizará sus estudios filosóficos entre 1934 y 1937. Durante este período estalló la guerra civil española, y fue en Ávila donde le llegaron noticias del fusilamiento del Hno. Daniel, connovicio suyo, y de los PP. Eusebio y Nazario, actualmente todos beatos.
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