por tu inmensa compasión borra mi culpa


“Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa” (Sal 50,1). Quise abrirme con este versículo del salmo al misterio de la Trinidad, que celebraremos el domingo. ¿Cómo experimentar la misericordia de Dios en la relación amorosa con cada una de las personas? No me vino consideración alguna, sino la vivencia de que cada una de las personas divinas me envolvía en su inefable ternura para hacerme descubrir hasta qué punto son el fundamento de mi vida. Su inmensa compasión me hacía descubrir que sin ella mi vida quedaría envuelta en su culpa, su muerte. La misericordia de Dios era su misma vida alimentando mi propio vivir. De sus entrañas nacía mi vida. Una vida que brotaba del Padre, me alcanzaba en el Hijo, y se hacia motor de mi vida en el Espíritu.

F. Brändle